El entusiasmo , esa «vitamina del espíritu» que dice el profesor Bernabé Tierno es indispensable para la propia vida. Sin entusiasmo es fácil ver lo negativo y despreciar la oportunidad que se esconde tras un revés, sin entusiasmo nos sentimos con apatía, sin entusiasmo también puede resultar afectada nuestra salud psíquica y física.
Una adecuada dosis de entusiasmo nos confiere poder y fortaleza para emprender cada reto que se nos plantea. Con entusiasmo es más fácil ser mejor hijo, hermano, madre, padre, amigo. Además el entusiasmo nos da la autonomía necesaria para no tener que depender necesariamente de otra persona porque conocemos nuestro potencial.
Entonces, cuando falta el entusiasmo, qué podemos hacer:
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el entusiasmo se puede desarrollar, no tiene por qué venir solo y sin ayuda.
Empieza por conocerte, tal y como eres. Acéptate.
Qué valores tienes, qué cualidades te caracterizan.
Olvídate de prejuicios que te atan a creencias pasadas, que pueden conducirte incluso a un pesimismo inútil. Olvídate de frases como «siempre me salen mas las cosas…», «en estos temas siempre fracaso…». Deja de hablarte mal.
Llénate de ideas positivas, escríbete qué te gustaría hacer, cómo te gustaría ser, cómo quieres mostrarte. Muéstrate con optimismo pues por ahí tienes una buena forma de empezar. Quien te ve optimista te tratará como optimista. A mi me gusta decir que «ante todo parecerlo…» y esto no es actuar con hipocresía, es actuar hacia el bien propio que redundará en un beneficio a quien está a mi alrededor.
Para tu reflexión te propongo estas reflexiones de Henry Ford:
Si tienes entusiasmo, puedes hacerlo todo. El entusiasmo es la levadura que hace crecer nuestras esperanzas, hasta alcanzar las estrellas. El entusiasmo es el brillo de nuestros ojos, la vivacidad en nuestro andar, la fuerza en nuestras manos, el ímpetu irresistible de nuestra voluntad y de nuestra energía, que nos lleva a realizar nuestras ideas. Los entusiastas son los triunfadores, ellos tienen la fortaleza, ellos tienen la tenacidad. El entusiasmo es la base de todo progreso. Con él se consigue crear. ¡Si entusiasmo, todo son excusas!