La palabra líder ha llegado a ser muy polisémica, se le da el significado que conviene y muchas veces se simplifica asimilando líder a jefe.
Sin embargo, un líder es mucho más que un jefe, pues si bien el jefe ejerce la autoridad por el mando o el cargo asignado (empresa, ejército o cualquier otra institución jerarquizada) el líder ejerce autoridad por ser una persona que es capaz de influir, es referente y de confianza para los demás.
Un buen líder hará todo lo posible por conseguir lo mejor de las personas que trabajan a su cargo y que todas juntas lleguen donde el líder por sí solo, no sería capaz de llegar. Quien más se beneficia del liderazgo no es el propio líder, sino las personas que siguen y confían en su líder.
Warren Bennis (gurú de liderazgo y management), establecía las cualidades de los líderes eficaces:
- Pasión. Le apasiona sus promesas y su objetivo. Ama lo que hace.
- Curiosidad. Quiere aprender todo lo que tiene que ver con la tarea que desempeña.
- Confianza. Es una persona en la que los demás pueden confiar.
- Osadía. Es capaz de asumir riesgos con fuerza y coraje.
- Visión. Es capaz de visualizar lo que quiere hacer y cómo llevar a cabo su proyecto.
- Integridad. Trabaja con franqueza y madurez pues conoce sus fortalezas y debilidades.
Por otro lado, si bien, se aprende de los errores es bueno que sepamos algunos de los errores que debemos evitar:
- No delegar responsabilidades.
- Dar largas a peticiones que involucren una decisión rápida.
- Quedarte con el mérito de los demás.
- Dar por hecho que tu equipo sabe lo que quieres.
- Querer ser el que más sabe.