Mentir supone comprometer el futuro para siempre pues siempre nos va a condicionar lo que dijimos.
¿Sabes qué es lo que se oculta tras una mentira?
Sobre todo una baja autoestima, también inseguridad, falta de confianza en sí mismo, problemas de identidad, miedo, culpa, vergüenza por algo que ocultar, temor al castigo, deseos de manipular.
Las consecuencias de mentir de forma habitual acarrea consecuencias mucho mayores que las que se tratan de ocultar. Tener una vida de mentiras hace que nuestra vida pierda valor hasta para nosotros mismos y acabaremos siendo conscientes que nuestra vida es falsa.
Una persona mentirosa quiere aparentar ser quien no es para conseguir, siendo otro, lo que no puede obtener siendo quien es. Miente para mejorar su imagen, porque es consciente que con su imagen real saldría perjudicado.
Una persona mentirosa no sabe cómo enfrentar la realidad y tolerar la frustración. El mentiroso teme perder estima, prestigio, amor, dinero, trabajo. En este sentido no existen las mentiras piadosas porque el que miente lo hace siempre para su propio beneficio.
Cuando se descubre a una persona que nos han mentido produce rabia, dolor, desilusión y lo que es peor, una pérdida de confianza para siempre. Una persona a la que hemos sorprendido en una mentira se convierte en alguien que no es en quien pensamos y provoca rechazo y dudas por mucho tiempo. También hay que decir que quien miente desconfía de los demás, porque cree que todo el mundo es así.
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