Decía Dante Alighieri que «si no se modera el orgullo, él será nuestro mayor castigo».
El orgullo es un exceso de estima, incluso de narcisismo que nos incapacita para ver nuestros propios errores y nos aleja de la humildad.
Una persona orgullosa es muy probable que sufra por no ver atendidas sus pretensiones, por no ver que consigue lo que quiere. Generalmente con el orgullo sucede algo similar que con la envidia, que quien la sufre es quien la padece, no quien la provoca.
La persona orgullosa está atada a su ego y puede desembocar en soberbia que ya es creerse por encima de los demás y ya lo decía Quevedo «la soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió».
¿Crees que el orgullo hace que personas cercanas a ti se sientan mal? ¿Te gustaría saber contener tu orgullo o incluso tus momentos de soberbia? Si quieres, ponte en contacto conmigo, estoy seguro que podré acompañarte para que tu orgullo no te perjudique para tener más humildad