La motivación es la premisa básica para mover y moverse en cualquier actividad. Debemos hacer que nuestra motivación nazca de nosotros y de esta forma no depender de los demás.
Dentro el mundo laboral es habitual decir que los jefes exigen cada vez mayor motivación y a la vez los empleados reclaman que “no tienen motivación o que nadie hace nada para tenerlos motivados”, es como una pescadilla que se muerde la cola y la solución está en todos, tanto en los que mandan mucho como en los que mandan menos.
Una actitud positiva es un elemento determinante e incluso ponerse una sonrisa, aunque sea forzada, para así generar una actitud en nosotros y también en los que están con nosotros.
De nosotros depende cambiar nuestra motivación e ir buscando puntos de apoyo que poco a poco nos ayuden a estar motivados para conseguir o al menos aumentar la probabilidad de que eso ocurra. La culpa en la mayoría de las veces no es de los demás.
¿Cuáles son los elementos que motivan en una relación laboral?
Los podemos resumir en estos conceptos:
- Reconocimiento profesional.
- Respeto personal.
- Retos que pongan en práctica nuestras habilidades.
- Recreación y buen ambiente laboral.
- Retribución y salario.
He querido poner en último lugar la retribución pues si esta es razonable y a cambio de esta obtengo reconocimiento profesional y respeto a la persona es muy fácil que el salario no sea lo primero. De hecho no hay más que pensar ¿Cuántas veces cambia la gente de trabajo solamente por dinero? Frente a esta pregunta ¿si estás en un sitio incómodo, a pesar de un buen sueldo, cuánto tiempo vas a tardar en quejarte y si puedes en irte?
Además de esto en muchas ocasiones hay que motivar diciendo a los empleados concretamente qué queremos y de esta forma que el reto esté claro pues de esa forma su trabajo irá conscientemente a la consecución de ese trabajo en el plazo de tiempo indicado.
Algunas ideas para motivarse ( también pueden servir para cuidar la autoestima):
- Cumplir objetivos personales
- Recordar los éxitos que hemos tenido en nuestra vida.
- Visualizar dónde queremos llegar y qué debemos hacer para conseguirlo.
- Querernos y dialogar con nosotros mismos de forma positiva.
- Agradecer lo que tenemos y la fuerza para conseguir lo que queremos tener.
Buscar motivación en nuestro equipo de trabajo a través de la vieja técnica del “palo y la zanahoria” tan solo nos permite evitar determinadas conductas o favorecer comportamientos repetitivos.