Se habla de inteligencia emocional desde hace tiempo, hay libros que se venden fácilmente bajo el título de autoayuda (nombre que creo merece un cambio) y desde hace menos tiempo se habla también de habilidades blandas o “soft skills”… pero ¿realmente son blandas? ¿son habilidades que no sostienen a las demás? Sin lugar a dudas, estas habilidades, cada vez más valoradas, dan luz a las demás y hacen que las demás destaquen y engranen mejor. Personalmente prefiero llamarlas habilidades esenciales.
Las habilidades blandas consisten en una serie de destrezas que no pertenecen necesariamente a la formación académica, sino a características propias de la persona que tienen que ver con sus aptitudes, rasgos personales, valores y personalidad. Por ejemplo, el trabajo bajo presión, la empatía, el liderazgo y la creatividad no son asignaturas que se incluyan en la formación reglada convencional, sino que hasta ahora se adquieren principalmente con experiencia de vida y con la manera de relacionarse con nuestro entorno.
¿Por qué son importantes? Si bien en el desarrollo de cualquier actividad laboral son las habilidades técnicas las que solucionan los temas operacionales, cuando hay que enfrentar alguna incertidumbre o crisis, son las soluciones adaptativas las que entregan un resultado más efectivo. El desarrollo de las habilidades blandas por parte de los empleados es percibida como una cualidad positiva por los altos mandos, especialmente en un mercado tan competitivo como el que enfrentamos hoy, de alta rotación laboral y necesidad de trabajadores alineados con los valores y los objetivos estratégicos de la empresa.
La creatividad e innovación, la capacidad de trabajo en equipo, el compromiso, y la proactividad son habilidades que hoy en día muchas empresas buscan a la hora de formar equipos de trabajo. Estas características forman un mix poderoso a la hora de enfrentar los desafíos que presenta el trabajo, ya que todas las relaciones humanas revisten complejidades que solo pueden ser abordadas con una cuota importante de olfato e intuición.
Estas habilidades están directamente relacionadas con la personalidad y los atributos individuales de los profesionales y actualmente son de vital importancia para la buena gestión no ya de la empresa, sino gestión de cualquier opción donde haya que poner en juego los recursos humanos, los recursos materiales y los recursos económicos (entiéndase una empresa, club deportivo o la organización del tipo que sea).
Si bien es verdad que las habilidades duras son imprescindibles para el ejercicio de la mayoría de las actuaciones profesionales (no se entiende que un médico no sepa de medicina ni un abogado de el uso del derecho en la defensa de su cliente) no es menos cierto que el complemento de cualidades como la empatía, la capacidad de liderazgo, la gestión de equipos de trabajo, el control emocional, saber leer el lenguaje no verbal y para verbal… son imprescindibles para sacar todo el jugo posible a la pura tarea profesional. En el siglo XX quedaron las habilidades duras como las únicas imprescindibles para desempeñar una tarea, hoy el buen desempeño debe incluir esas “soft skills” que pueden ser el lubricante de un complejo engranaje y que sin su presencia, todo acabe chirriando.
¿Qué habilidades blandas crees que debes desarrollar?
Aquí te propongo una lista
- Liderazgo y responsabilidad. Son las normas y valores que regulan la forma de actuar de una persona a lo largo de su vida profesional, además se contempla que esta persona debe actuar correctamente.
- Facilidad de Comunicación. Debe tener la habilidad para poder dar a conocer sus ideas, inquietudes y todo tipo de información requerida, de tal forma que pueda ser entendida por los demás.
- Escucha activa. Se trata de percibir y captar lo mas importante del mensaje de nuestro interlocutor; para esto hace falta escuchar atentamente sin distracciones. La escucha activa es especialmente importante para la resolución de conflictos.
- Trabajo en equipo. Tener consciencia que formamos parte de una organización, de un sistema mayor y conjugando los factores individuales de cada uno, se podrá lograr el éxito en el que se beneficiarán todos los miembros.
- Adaptación al cambio. La vida es dinámica y hay que saber adaptarse a nuevas situaciones, de las que muchas de ellas nos van a ofrecer excelentes enseñanzas a la par que van a ser una excelente oportunidad para seguir avanzando.
- Creatividad y resolución de problemas. Buscar nuevas soluciones a las nuevas propuestas, originalidad en el desarrollo que permita innovar y no quedarnos estancados. Además la creatividad también nos va a ayudar a buscar nuevas soluciones a problemas; abordar problemas desde otros puntos de vista.
- Optimización del tiempo. El tiempo es un recurso escaso por lo que de su manejo va a depender nuestra eficiencia. Saber distinguir lo importante de lo urgente, saber delegar para conseguir el objetivo que tenemos encomendado.
- Actitud Positiva. Una actitud optimista es esencial para ver la oportunidad por delante del problema o más aún, para convertir el problema en una oportunidad que hay que desarrollar o solucionar.
- Tolerancia a la presión. El control en situaciones complicadas es esencial para puestos de responsabilidad. Hay situaciones que demandan tranquilidad dentro de una tormenta. Saber poner el foco en lo que es verdaderamente importante es esencial para esto.
- Asertividad. Saber dar la opinión en el momento correcto y de la forma adecuada para no hacer daño y no dañarnos a nosotros.