La decisión de ser feliz es algo muy personal ¿no crees?
La decisión de ser feliz tiene muy poco que ver con terceras personas.
Una persona nos complementa, nos aporta mucho e incluso nos hace más completos en muchas facetas de nuestra vida. Una persona a nuestro lado nos da amor y podemos entregar amor. Una persona a nuestro lado nos da momentos que seguramente solos no podemos vivir, pero cuando ponemos la posibilidad de ser felices en manos de otra persona estamos esclavizando una parte muy importante de nuestro interior. Nos estamos entregando a que otra persona pueda decidir por nosotros y en esta situación de dependencia no se puede ser feliz.
También podemos sentirnos felices con tener cosas caprichosas. Salimos de tiendas y nos compramos un bonito vestido, un complemento que si bien no es imprescindible creemos que nos llena del todo y luego llegamos a casa y volvemos a encontrarnos con nosotros, nos tenemos solo a nosotros. Al cabo de tiempo, esa compra no suple nuestra carencia si no estamos bien con nosotros mismos.
Además es muy conocido el dicho que dice que lo mejor de la vida no cuesta dinero, lo mejor de la vida es gratis. ¿te habías parado a pensarlo?
Por eso, por qué ponemos en manos de ….. nuestra felicidad, nuestra capacidad para disfrutar.