La diferencia entre lo que tu yo ideal quiere hacer y lo que tu yo real hace produce culpa.
Es un sentimiento muy destructivo que puede llegar a impedirnos el avance en nuestra vida.
Cuando sentimos culpa, nos sentimos tristes, apesadumbrados y generalmente no somos capaces de perdonarnos o de pedir perdón.
Cómo podemos afrontar el sentimiento de culpa:
- Busca las causas y actúa. Si hemos hecho daño a alguien, lo primero que indica esta señal de alarma es que hemos cometido un error del que tenemos que sacar aprendizaje.
- Asume tu responsabilidad. ¿Qué puedes hacer para evitar el daño? ¿Qué parte de responsabilidad tienes en la culpa? Analízate si el sentimiento de culpa obedece a algo casual o es un comportamiento habitual.
- Acepta y aprende. No podemos cambiar el pasado pero si podemos actuar en el presente que conformará nuestro futuro. Busca alguna forma de reparar el daño, pide perdón a quien dañaste y hazlo de forma consciente a través de una llamada, un mensaje, una carta. Si no puedes hacerlo porque la persona a quien hiciste daño ya no está, lo mejor que puedes hacer es escribir una carta pidiendo ese perdón que necesitas y luego quemar la carta.
- Expresa tus sentimientos. No niegues tu sentimiento de culpa, habla de lo que sientes, de lo que te pasa y siente los sentimientos que están asociados a la culpa. Consintiendo esos sentimientos y no ocultándolos harán que pasen más rápido a un segundo plano e incluso te darán una perspectiva distinta con el paso del tiempo.
- Perdónate. Este es el paso más complicado para poder seguir adelante. Si eres capaz de perdonar a otra persona, de pedir perdón y de perdonarte, estarás en el camino para liberarte de la culpa para siempre. Te recomiendo que cada vez que te descubras con sentimiento de culpabilidad, te trates como si fueses un niño pequeño que necesita comprensión y apoyo.