«Se aprende poco con la victoria, en cambio mucho con la derrota». Proverbio Japonés.
Esta frase seguro que podemos encajarla en algún momento de nuestra vida. Quién no ha tenido una derrota que en su momento le dejó en un estado de total abatimiento del que pensábamos que no podríamos salir (un despido en el trabajo, una ruptura amorosa, una decepción de un familiar o un amigo) y luego con el paso del tiempo nos damos cuenta que poco a poco vamos saliendo.
La derrota podemos analizarla en etapas, que pueden ser básicamente las mismas que las etapas del duelo ante una pérdida, siendo la primera el estado de shock y la última la aceptación que es donde estamos ya en nuestro camino de nuevo hacia adelante.
Pongamos fuerza de voluntad
Debemos considerar que tan importante es saber perder como saber ganar, sin embargo para lo primero no estamos mentalizados, nadie nos ha enseñado.
No aceptamos la derrota, no hemos aprendido a perder y siempre nos vamos a encontrar con alguna derrota en nuestra vida. Lo primero que es un error, es considerar la derrota o la simple pérdida como un fracaso, confundiendo lo que valemos como personas con el hecho externo que nos ha afectado. Lo mejor que podemos hacer es aceptar de una forma tranquila y serena que la realidad externa puede ser contraria a nuestras expectativas. A partir de aquí debemos poner fuerza de voluntad y aceptar, ¿por qué no? que ese objetivo planteado no se corresponde con nuestra historia de vida; obcecarse puede llevarnos a un error tras otro que no nos conduce a nada.
Una derrota es normal que termine en una frustración, sin embargo es recomendable que no nos permitamos estar en este estado mucho tiempo pues el sentimiento de frustración, genera estrés, pensamientos negativos y ansiedad.
¿Es así como quieres sentirte? ¿Cómo te gustaría manejar una situación similar?
Aceptemos la realidad
Tratemos de no buscar un auto engaño ni de buscar culpables fuera de nosotros para maquillar una realidad que nos ha sorprendido. Si actuamos así, no aprenderemos esta dura lección.
Busca motivación en pensamientos como «todavía no ha llegado mi momento», «me esperan cosas mucho mejores», «pronto pasará esta tormenta», «lo malo no es el camino, es esta parte del camino que estoy atravesando»…
¿Qué crees que te ha enseñado esta situación, esta «derrota»? ¿Cómo crees que deberías actuar en una situación similar en un futuro?
Y por supuesto analiza bien el momento, no vayas a confundir un fracaso con una «derrota antes de tiempo».
¿Crees que estás atravesando momentos de frustración por algún hecho concreto y necesitas quien te pueda apoyar a salir de ahí?