Porque no todo es felicidad ni hay que obsesionarse con tanta frase de «hay que ser feliz» pues parece que hay que estar feliz y contento siempre y esto no debe ser así.
Todo el mundo tiene días malos, días en los que apetece retirarse y quedarse en silencio, caminar sin pensar en nada o en todo a la vez. ¡Claro que si!
No tenemos obligación de ser felices las 24 horas del día.
Qué podemos hacer cuando tenemos un día de esos…que puede ser mejorable
Si prefieres quedarte a solas, hazlo, si tienes que llorar, llora. Es muy saludable mostrar los sentimientos, más aún cuando estamos a solas. Llorando podrás reflexionar, mirarás a tu interior y te reconfortará.
Mira en tu corazón que es lo que te produce ese dolor y si no puedes verlo, déjate sentir pues es muy posible que acabe por salir. Si el motivo no sale, date cariño, consiéntete y mímate. No te pidas más.
Película, palomitas, chocolate, una manta o una siesta… permítete el capricho que necesites. Cuando das amor recibes amor, si te das amor a ti también te sentirás bien.
Verbaliza tus sentimientos con quien creas puede escucharte y si no quieres, escribe cómo te sientes y ese papel lo guardas o lo tiras o lo quemas. Trata de sacar lo que sientes.
Y por supuesto, permítete tener un momento malo, un día malo.
Debemos estar bien, que lo que parecer una moda de “ser felices” no nos amargue.
Seamos lo que somos, disfrutemos con nuestras alegrías, nuestras penas, nuestras soledades y nuestras compañías.
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