Lidiar con el fracaso

El fracaso es algo que está siempre presente en nuestra vida, por mucho que queramos evitarlo. De hecho la pregunta que podríamos hacernos no es si vamos a tener problemas o a fracasar alguna vez, sino cómo nos vamos a enfrentar a estos problemas o fracasos. El error es pensar que un obstáculo es algo que nos tiene que paralizar y que nos impide avanzar, cuando lo que debemos hacer es enmendar los fallos que sean corregibles y aprovechar su efecto para seguir avanzando.

¿Por qué nos sentimos fracasados? Puede ser que algunos fracasos puedan ser debidos a que consideramos que tenemos más capacidades de las que realmente somos capaces de desarrollar, esto es que hay una diferencia entre el yo real y lo que yo creo de mí. En este caso, lo primero que debemos hacer es asumir que necesitamos más formación, más preparación, más experiencia y a partir de ahí encarar la situación desde un punto de vista diferente.

Tendemos a buscar apresuradamente situaciones ocasionales como un fracaso terrible, sin ver el contexto en el que este fracaso se ha producido.

El fracaso es un paso y nunca tiene que verse como un final. Además el fracaso es una excelente oportunidad para la reflexión y para saber incluso, si el camino que estamos llevando es el correcto o es una obcecación que no nos lleva al lugar donde verdaderamente queremos estar. La reflexión cuando se fracasa puede ser una enriquecedora oportunidad de crecimiento personal.

 

Qué no es el fracaso:

Creemos que el fracaso se puede evitar y no es verdad.

Cuando te has creído fracasar ¿has hecho todo lo que deberías haber hecho? Si te has empleado a fondo, si has hecho todo lo que estaba en tu mano, debes saber que el fracaso es inevitable, no podemos detener su presencia. Esto debemos pensarlo y asimilar que esa «derrota» es por algo que debemos analizar. Puede que a partir de ahí renazcan las fuerzas o por el contrario, sean el camino para otras oportunidades.

 

La gente cree que fallar es el resultado de algo y no lo es.

El fracaso no es el resultado de algo que se ha trabajado. El fracaso es un camino que muchas veces conduce al éxito, que tampoco es un destino final, pues en la vida, en cualquier proyecto el fracaso está presente en la ruta del éxito. Lo que sucede es que no nos han enseñado a luchar contra el fracaso sino tan solo a disfrutar del éxito.

 

Hay quien cree que el fracaso es objetivo y no es así.

Tan solo nosotros somos los que nos consideramos fracasados. La forma en la que encaramos el fracaso es nuestra percepción. Cuando se produce un fracaso, desde fuera no se ve como una derrota final, como algo determinante, sino como una situación concreta sin más, que hay que asumir y a partir de ella avanzar.

 

Se cree que el fracaso es un enemigo y no lo es.

Tratamos de evitar el fracaso como si fuese una plaga bíblica y no es así. Si nos planteamos el fracaso como un enemigo personal a nuestro desarrollo profesional o personal estaríamos realmente fracasando. El fracaso es una forma de espolearnos para caminar.

 

Muchos creen que el fracaso es algo irreversible y no es verdad.

Los errores muchas veces son corregibles si somos capaces de mirar con perspectiva en un contexto general y no quedarnos con el hecho puntual que nos ha hecho caer.

 

La gente estigmatiza el fracaso y el fracaso no es una marca permanente.

El fracaso no es una marca permanente ni tenemos que pensar que es así. Es más el daño que nos hacemos nosotros mismos que lo que los demás piensan de lo que nos ha podido suceder. Tanto la derrota como la victoria debemos dejar de glorificarla. De cada fracaso se construye un peldaño que poco a poco nos va a llevar a donde debemos llegar.

 

Se piensa que una vez que se fracasa, ya no hay más y no es así.

El objetivo debe estar siempre presente y tener muy claro hacia donde queremos ir, por lo tanto el fracaso no puede hacer que dejemos de luchar y seguir caminando, en esta ocasión con más experiencia y más «herramientas» para avanzar.

 

Es mejor pensar que el fracaso es un precio que se paga siempre para llegar al éxito, teniendo presente, como hemos dicho anteriormente, que el éxito no lo es todo, que tan solo es una forma de avanzar por el camino de la vida. Si el fracaso nos paraliza, aflora el miedo y el miedo es el mayor enemigo para disfrutar, avanzar y conseguir el objetivo de llevar una vida intensa y rica.

 

Imagen del autor

Seby García

Mi nombre es Seby García, de mí han dicho que soy decidido, coherente y honesto en los proyectos que emprendo. Soy positivo ante las adversidades y con un gran sentido del humor, cualidad que valoro mucho en los demás. Además agradezco las experiencias vividas pues todas ellas me han ayudado a ser como ahora soy.

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